El Reino Unido pone fin a una disputa de medio siglo al entregar a Mauricio el archipiélago de Chagos
Un tribunal ha estado a punto de descarrilar la firma del acuerdo que implica que Londres y Washington mantienen una base militar durante 99 años con un coste total de 4.000 millones de euros


Ha sido una decisión tan histórica como accidentada, pero el Reino Unido ha firmado finalmente el acuerdo por el que devuelve a la nación insular de Mauricio el archipiélago de Chagos, en el océano Índico, y pone fin a una disputa que se ha arrastrado durante medio siglo.
A cambio de la devolución de la soberanía, tanto Londres como Washington se han asegurado el control futuro, al menos durante 99 años, de la base militar conjunta de la isla de Diego García, en la parte sur del archipiélago. El coste del arrendamiento es de unos 120 millones de euros anuales. Las condiciones del pago establecen que durante los primeros tres años la cifra a entregar será de 196 millones de euros. Del año cuarto al decimotercero, la cantidad será de casi 143 millones. A partir de ahí, el montante se ajustará a la inflación del momento. El cálculo del Ministerio de Defensa británico sitúa el total en poco más 4.000 millones de euros.
Aunque en un primer momento, cuando se anunció el acuerdo el pasado octubre, desató las críticas del equipo del entonces presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, el propio Trump dio su respaldo a la entrega cuando recibió en febrero al primer ministro británico, Keir Starmer, en la Casa Blanca.
“Este acuerdo es una de las contribuciones más importantes que podemos hacer a nuestra relación con Estados Unidos en materia de seguridad”, ha dicho este jueves Starmer. La decisión ha sido respaldada por los gobiernos de Canadá, Australia y Nueva Zelanda, que forman parte de la alianza de servicios de inteligencia que incluye también a Londres y Washington.
Durante años, la base ha tenido una gran importancia estratégica por su localización, que permitía el control de una de las principales rutas marítimas de hidrocarburos y materias primas. Hoy resulta fundamental para la supervisión del tráfico ilegal de seres humanos que suponen los flujos de inmigrantes irregulares. El archipiélago lo componen unas 58 islas, a medio camino entre la costa oriental del continente africano e Indonesia.
La decisión todavía ha tenido que superar más obstáculos. Algunos diputados del Partido Laborista han cuestionado unos pagos desorbitados mientras que el Gobierno de Starmer llevaba a cabo recortes en muchas ayudas sociales.
Finalmente, un magistrado del Tribunal Superior de Inglaterra y Gales ha dado un último susto al Gobierno, al dictar este jueves de madrugada una medida cautelar por la que suspendía la decisión. Respondía así a la petición de una ciudadana británica de Chagos, Bertrice Pompe, y amenazaba con arruinar la ceremonia de entrega prevista horas más tarde, en la que iba a estar presente Starmer.
Ha sido, sin embargo, otro tribunal el que ha tumbado la medida cautelar en el último minuto, al señalar: “El interés público y el del Reino Unido se verían sustancialmente perjudicados si la medida cautelar de suspensión sigue adelante”.
“Tenemos derechos. Somos ciudadanos británicos, pero parece que nuestros derechos no cuentan. No queremos entregar nuestros derechos a Mauricio, no somos ciudadanos de esa isla”, ha protestado Pompe, la demandante, a las puertas del tribunal poco después de conocerse la sentencia.
División en Chagos
La comunidad de Chagos, sin embargo, no habla con una sola voz. Hay división respecto a la decisión alcanzada.
Francia cedió las islas al Reino Unido en el Acta de Capitulación de 1810. Cuando en 1965 Mauricio alcanzó su independencia, Londres retuvo el archipiélago, como parte de lo que denominó Territorio Británico del océano Índico. La decisión contrariaba el derecho internacional vigente, que prohibía desgajar territorios colonizados antes de su devolución.
En la década de los sesenta del siglo pasado, Estados Unidos puso su mirada en la isla de Diego García por su interés estratégico, como el tiempo se ha encargado de demostrar. Durante las guerras de Afganistán e Irak, desde su base militar despegaron muchos bombarderos de largo alcance estadounidenses y británicos.
A través de un pacto secreto, nunca refrendado por el Parlamento británico, Londres puso a disposición de su aliado, en 1966, el control de la isla por un periodo de 50 años. Por exigencia estadounidense, el Gobierno británico expulsó a los habitantes indígenas del archipiélago, los chagosianos o Ilois, unas 2.000 personas, a las que prohibió regresar y envió a Mauricio y las Seychelles. Muchos de ellos se enfrentaron a una situación de pobreza, y luchan desde entonces en los tribunales por su regreso.
En 2019, la Asamblea General de Naciones Unidas votó de manera abrumadoramente mayoritaria a favor de la devolución del Archipiélago de Chagos a Mauricio. Países como Francia o Alemania expresaron su apoyo mediante la abstención. El Tribunal Internacional de Justicia sentenció ese mismo año que el Reino Unido debía renunciar cuanto antes a la soberanía sobre las islas.
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