Hemos probado las mejores sillas de playa: la ganadora cuesta menos de 40 euros

La mejor silla de playa

Nuestra experta ha elegido la silla de playa Aktive como la mejor de la comparativa por su comodidad, complementos y lo fácil que resulta transportarla.

Sol, agua, arena, cervecita… Ya está aquí el verano y con él las vacaciones y las escapadas a la playa y a la piscina. Para mí, un elemento indispensable en estas fechas es la silla de playa, pues soy incapaz de ir a la playa sin una silla en la que poder tomar el sol o leer cómodamente y con la espalda bien apoyada. Además, algunas de ellas tienen espacios para guardar la cervecita, un ‘extra’ de comodidad que mejora aún más la experiencia. En esta comparativa he probado varias sillas de playa para comprobar cuál es la mejor para este verano.

Cómo hemos elegido y probado los productos

Como todavía no he pisado la playa este verano, he tenido que realizar las pruebas en el jardín de casa de mis padres y en la piscina municipal de mi pueblo. Para ello simplemente he usado cada modelo en días alternos y comprobado con cuál de ellos estaba más cómoda. Además, a la hora de analizarlos y valorarlos he tenido en cuenta los siguientes aspectos:

• Diseño: cómo está diseñada la silla, si es estética o no, la forma que tiene su respaldo y sus apoyabrazos…
• Ergonomía: tanto la comodidad de uso cuando se está sentado en ella como la facilidad de transportarla.
• Experiencia de uso: si con ella se puede disfrutar de manera cómoda de una jornada de playa o piscina.
• Complementos: si tiene reposacabezas, reposapiés, cojín lumbar, compartimento para dejar botellas…

Con reposacabezas: AKTIVE 62622

Para quién es: quien busque una silla cómoda y con buenos complementos.

Por qué la hemos elegido: esta es sin duda mi silla favorita de la comparativa. En primer lugar porque me resultó muy cómoda de transportar gracias a la hebilla que tiene integrada, que permite cerrarla y cargarla como si fuera un bolso; además de no pesar demasiado (2,38 kilos). Sus materiales son bastante resistentes y, sobre todo, transpirables, algo que me parece ideal para no quedarse pegado en ella mientras se usa.

Una vez se extiende para sentarse pueden escogerse hasta cuatro posiciones dependiendo de si se quiere estar más recto o más inclinado. Todas ellas se adaptan bien, es decir, no dan la sensación de que la silla vaya a ceder en cualquier momento (soporta hasta 100 kilos de peso). Pero sin duda lo mejor de este modelo son sus complementos: tiene un reposacabezas en forma de cojín muy cómodo, que me permitió descansar el cuello y las cervicales y que me pareció perfecto para pasar horas leyendo muy a gusto. También dispone de apoyabrazos y de un bolsillo con dos compartimientos que se puede colgar a uno de sus lados para meter una bebida o para dejar las gafas de ver antes de meterse al mar.

Sus puntos débiles: nada reseñable.

Con toldo: silla Sodio 2001

Para quién es: aquellas personas que no quieran que les de mucho el sol.

Por qué la hemos elegido: lo primero que me llamó la atención de esta silla y la razón por la que me decidí por ella fue el toldo. Nunca había visto una silla que viniese con un toldo incorporado y quería comprobar si este complemento era realmente útil o no. En primer lugar, la silla cuenta con una estética básica y está diseñada en un color turquesa que me pareció realmente bonito. Es más grande que el modelo ganador de la comparativa y pesa un poco más, casi 3 kilos, por lo que transportarla es un poco más difícil, aunque tampoco demasiado ya que se puede meter dentro de una bolsa de transporte que viene incluida y cargarla más cómodamente. A simple vista sus materiales parecen correctos, aunque el asiento queda un poco bajo para mi gusto, sobre todo si se sienta una persona de más peso.

En cuanto a sus complementos, que son lo que la hacen realmente interesante, está equipada con el toldo, que se extiende en la parte superior de la silla. Esto quita bastante el sol, cosa que se agradece para que no incida directamente en la cabeza. Además, yo tengo la piel muy blanca y con muchas pecas y suelo evitar exponerme demasiado al sol, así que el toldo me pareció útil. También cuenta con un cojín apoyacabezas pero la verdad es que no me quedaba a la altura de la cabeza, sino más bien en la espalda alta. Y, por otro lado, dispone de apoyabrazos que resultan cómodos de usar.

Sus puntos débiles: el cojín del cuello no queda a la altura correcta