window.arcIdentityApiOrigin = "https://publicapi.elpais.diariodomt.com";window.arcSalesApiOrigin = "https://publicapi.elpais.diariodomt.com";window.arcUrl = "/subscriptions";if (false || window.location.pathname.indexOf('/pf/') === 0) { window.arcUrl = "/pf" + window.arcUrl + "?_website=el-pais"; }La desnudez y los “vestidos voluminosos”, prohibidos en la alfombra roja del festival de Cannes | Cine: estrenos y críticas | EL PAÍSp{margin:0 0 2rem var(--grid-8-1-column-content-gap)}}@media (min-width: 1310px){.x-f .x_w,.tpl-noads .x .x_w{padding-left:3.4375rem;padding-right:3.4375rem}}@media (min-width: 1439px){.a .a_e-o .a_e_m .a_e_m .a_m_w,.a .a_e-r .a_e_m .a_e_m .a_m_w{margin:0 auto}}@media (max-width: 575.98px){._g-xs-none{display:block}.cg_f time .x_e_s:last-child{display:none}.scr-hdr__team.is-local .scr-hdr__team__wr{align-items:flex-start}.scr-hdr__team.is-visitor .scr-hdr__team__wr{align-items:flex-end}.scr-hdr__scr.is-ingame .scr-hdr__info:before{content:"";display:block;width:.75rem;height:.3125rem;background:#111;position:absolute;top:30px}}@media (max-width: 767.98px){.btn-xs{padding:.125rem .5rem .0625rem}.x .btn-u{border-radius:100%;width:2rem;height:2rem}.x-nf.x-p .ep_l{grid-column:2/4}.x-nf.x-p .x_u{grid-column:4/5}.tpl-h-el-pais .btn-xpr{display:inline-flex}.tpl-h-el-pais .btn-xpr+a{display:none}.tpl-h-el-pais .x-nf.x-p .x_ep{display:flex}.tpl-h-el-pais .x-nf.x-p .x_u .btn-2{display:inline-flex}.tpl-ad-bd{margin-left:.625rem;margin-right:.625rem}.tpl-ad-bd .ad-nstd-bd{height:3.125rem;background:#fff}.tpl-ad-bd ._g-o{padding-left:.625rem;padding-right:.625rem}.a_k_tp_b{position:relative}.a_k_tp_b:hover:before{background-color:#fff;content:"\a0";display:block;height:1.0625rem;position:absolute;top:1.375rem;transform:rotate(128deg) skew(-15deg);width:.9375rem;box-shadow:-2px 2px 2px #00000017;border-radius:.125rem;z-index:10}} Ir al contenido
_
_
_
_

La desnudez y los “vestidos voluminosos”, prohibidos en la alfombra roja del festival de Cannes

La organización del certamen actualiza su reglamentación de vestuario para uno de sus eventos más mediáticos: el desfile antes de las galas

Demi Moore, antes de la proyección de gala de 'La sustancia', el 19 de mayo de 2024 en el festival de Cannes.
Gregorio Belinchón

Uno de los grandes negocios del festival de Cannes es también uno de sus mayores quebraderos de cabeza: la alfombra roja. Solo se puede acceder vestido de gala, y hasta hace unos años eso incluía el calzado femenino, lo que hace una década provocó una rebelión de las estrellas de Hollywood. Devenida en pasarela de alta costura, joyas y rios dos y tres veces al día, el certamen siempre ha aplaudido su atrevimiento. Hasta que la organización, asustada por algunos diseños, ha dicho basta: la 78ª edición del certamen de cine más prestigioso del mundo, que arranca hoy martes, ha vetado la desnudez en sus espacios a través de un documento remitido a sus invitados.

“Por razones de decencia, la desnudez está prohibida en la alfombra roja, así como en cualquier otra área del festival. Vestimentas voluminosas, en particular las que lleven una larga cola, y que por tanto dificulten el flujo apropiado del tráfico de los huéspedes y compliquen la agilidad dentro de la sala no están permitidas”, se lee en una carta destinada a los asistentes al festival remitida por la organización. “Los equipos de bienvenida al certamen estarán obligados a impedir el a la alfombra roja a cualquiera que no respete estas reglas”, apunta el texto.

Alfombra roja de la gala de El conde de Monte-Cristo' en Cannes de 2024.

Un representante del festival, ado por la revista especializada The Hollywood Reporter, confirmó la actualización en esta edición del documento, para reflejar “ciertas reglas que ya llevan mucho tiempo en la práctica”. Hace una década, por ejemplo, que el certamen vetó los selfis en la alfombra roja, para no generar atascos en el desfile de las estrellas. Ahora, no pretenden “regular la vestimenta per se, sino prohibir la desnudez completa en la alfombra” de acuerdo con la ley sa, según el representante de Cannes.

Cada mañana y a diferentes horas de la tarde, dos empleados de limpieza pasan la aspiradora por la alfombra roja de Cannes. Cada día se cambia su cuerpo central, el más baqueteado por las pisadas, el del tono rosso —los laterales son rojo teatro—, en especial por los stilettos, y se recicla. Da igual que llueva o que el sol atice en la entrada del Palacio de festivales: esa entrada techada, con focos que permiten la perfecta iluminación para los retratos, alberga en sus 60 metros para la gloria una enorme hoguera de las vanidades, que hasta cuenta con un dj que anima la entrada y un locutor que por megafonía anuncia los nombres de los asistentes que el público ve a través de pantallas gigantes.

Y por eso, por la atención mediática que despierta —es más, entre los socios patrocinadores del certamen están marcas todopoderosas como Chopard, L’Oréal y Kering—, es también objeto de enormes polémicas: en 2015 los pies femeninos se convirtieron en los protagonistas cuando los responsables de seguridad del festival impidieron acceder a una proyección a dos mujeres que calzaban zapato plano en la proyección de Carol, de Tood Haynes, y además tenían problemas de movilidad. Estrellas de cine como Emily Blunt, presente en Cannes para Sicario, calificó la situación como “muy decepcionante”. Un año después, Julia Roberts decidió responder recorriendo la alfombra roja del Palacio de festivales del brazo de George Clooney y sin zapatos. Posteriormente, ese mismo gesto lo han realizado Kristen Stewart o Isabelle Huppert, y Jennifer Lawrence usó chanclas negras.

En 2022, una mujer en topless fue escoltada fuera de la alfombra después de que se quitara el vestido en una protesta a favor de Ucrania. Ahora puede que el certamen tema que se repita una acción similar a la realizada por Kanye West y su esposa Bianca Censori en los Grammy, cuando Censori posó para los fotógrafos con un vestido tubo transparente que la mostraba desnuda. Según la guía de Cannes, se requiere corbata negra y ropa de noche para esas proyecciones, algo que se exige incluso a los fotógrafos, y se sugieren opciones como esmoquin y vestidos largos o “pequeño vestido negro, vestido de cóctel, traje pantalón de color oscuro, una blusa elegante con pantalones negros; zapatos elegantes y sandalias con o sin tacón; un traje negro o azul marino con pajarita o corbata de color oscuro. Se prohíben las bolsas de mano, las mochilas o los bolsos grandes”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad , así podrás añadir otro . Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_