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DONALD TRUMP
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Capítulo 4: Trump, un ‘bully’ en la Casa Blanca

El republicano se ha valido siempre de una misma táctica: atacar y ridiculizar. Actúa como el chico al que no le importa que le acepten o no porque sabe que puede conseguir lo que quiere generando miedo y con insultos

Donald Trump durante una ceremonia militar en el Cementerio Nacional de Arlington, Virginia, este 26 de mayo.
Antoni Gutiérrez-Rubí

Desde que Donald Trump entró a la arena política, los estudios de opinión coinciden uno tras otro sobre un mismo punto: su principal atributo es el de proyectar una imagen de hombre fuerte capaz de imponer su agenda. El año pasado no fue la excepción. Cuando Gallup preguntó por la fortaleza de los candidatos, el 65% de los independientes consideraba que el republicano lo era, mientras que solo un 42% opinaba lo mismo de su rival, Kamala Harris.

Según la visión de los electores, Trump tenía menos moral, era menos digno de confianza e incluso menos agradable que su rival. Pero tenía agallas, fuerza para llevar adelante sus propuestas. Y, para muchos, eso bastaba para votarle. Más aún cuando el deseo de una parte importante de los electores era reventar el sistema.

Para mantener esa imagen de hombre fuerte, el republicano se ha valido desde el inicio de una misma táctica: atacar y ridiculizar. Trump actúa como el bully en el patio del colegio, el chico al que no le importa que le acepten o no porque sabe que puede conseguir lo que quiere generando miedo y con insultos, doblegando a los más débiles.

En la última campaña llegó a decir que los inmigrantes ilegales erananimales“. A sus adversarios también les ha puesto innumerables sobrenombres despectivos. Incluso hay una entrada de Wikipedia que enumera los motes que va poniendo. Ya son más de 100.

Con esas caracterizaciones busca polarizar, pero también en muchos casos su objetivo es despojar a los otros de humanidad para plantear una diferenciación más simple y visceral del nosotros contra ellos, como sugiere la filósofa Martha Nussbaum en La monarquía del miedo.

Además, sus formas violentas le confirman como un antisistema, como el hombre que ha venido a cargarse el orden establecido, una característica fundamental de su relato. Por eso nunca se amilana, nunca da pasos hacia atrás en su objetivo de pasar por encima de sus opositores y algunos grupos sociales, tanto en el plano político como el personal.

A continuación, se presentan datos y ejemplos de seis aspectos vinculados al bullying político de Trump:

Lluvia de amenazas e insultos

Trump considera que las amenazas y el trato despectivo e intimidante son una herramienta de negociación. Tanto en política interna como externa. La mayor prueba de ello han sido los aranceles, que ha usado para conseguir de México y Canadá medidas específicas de seguridad fronteriza. Pero su repertorio de amenazas ha ido mucho más allá: continuamente habla de expandir el territorio de Estados Unidos, denigrando a Canadá, Dinamarca o Panamá, y carga también de manera regular contra los inmigrantes irregulares y contra los jueces. En algunas ocasiones, lo hace usando directamente insultos.

Cargar contra rivales políticos

Una de las formas favoritas de Trump para mostrar su poder es ridiculizar a sus rivales políticos. Como los demócratas todavía no tienen un líder nacional indiscutible, el presidente sigue apuntando contra Joe Biden, quien salió de la Casa Blanca con números bajos de aceptación. Según un estudio de NBC, en sus primeros 100 días habló de él, de su familia o de su presidencia, 580 veces en redes sociales y declaraciones públicas, un promedio de 6 veces por día.

También ha tenido tiempo para atacar a otros personajes. La mayor parte de las veces lo hace sin referirse directamente al nombre o cargo de su objetivo. El hecho de burlarse le permite posicionarse por encima y acentuar la idea de que es el más poderoso de la partida.

Reprimendas en el Despacho Oval

Los líderes extranjeros corren el riesgo de ser el blanco de reprimendas públicas en el Despacho Oval si no se ajustan a las exigencias de Trump. Se regocija de manera especial con los que están en una situación más débil o dependiente de Estados Unidos, como es el caso de Ucrania y Sudáfrica. Trump no les regañó solo. En el primer caso, se le unió el vicepresidente J. D. Vance y, en el segundo, el multimillonario Elon Musk.

Apuntar a los débiles

Trump tiende a cargar contra grupos desfavorecidos o débiles para obtener rédito político o para posicionarles como un ejemplo de lo que le podría ocurrir a otros si se le enfrentan. En campaña, cargó contra los trans en un spot contra Kamala Harris. Tras menos de dos semanas de jurar la presidencia, acusó a los trabajadores con necesidades especiales de la istración Federal de Aviación, culpándoles por el choque de un helicóptero y un avión comercial. Más de 250 inmigrantes han sido deportados y encerrados en una prisión de El Salvador sin seguir el debido proceso y el mandatario posteriormente advirtió que estudiaría hacer lo mismo con estadounidenses.

Mostrar el dolor de los inmigrantes

El 89% de los votantes que consideraba que la inmigración era el principal problema de Estados Unidos, eligieron a Trump en las elecciones de 2024. Por eso, uno de sus principales objetivos es mostrarse fuerte con los inmigrantes irregulares, para lo cual el presidente y la cuenta de la Casa Blanca en redes sociales recurren al bullying. Crean contenidos originales para viralizar las deportaciones: vídeos de patrullas de seguridad o detenciones con música trendy de fondo, imágenes hechas con IA inspiradas en fotos dramáticas de inmigrantes deportados e incluso experiencias sensoriales con vídeos de personas expulsadas.

¿Freno al bully?

Trump ha convertido la confrontación en un pilar de su liderazgo. Se pelea públicamente con personas e instituciones para presionarlos a hacer lo que quiere. Y si no lo logra con rifirrafes discursivos, activa otras medidas coercitivas. Desafía sistemáticamente a jueces, medios de comunicación, agencias de inteligencia y organismos de control electoral, presentándoles como parte de una conspiración para impedir que cumpla su misión. Sin embargo, desde que llegó a la Casa Blanca el Poder Judicial se ha convertido en su freno, paralizando o revirtiendo una cantidad importante de sus decisiones.

Para profundizar sobre el tema

Libros:

Artículos:

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