Todo lo que necesitas saber para visitar la Gran Muralla China: de la mejor época para viajar a qué meter en la maleta
¿Tobogán, vista al mar o caminata nocturna? Para poder conocer bien esta fortaleza milenaria es necesario elegir el tramo adecuado, saber cómo llegar y cómo caminar sobre siglos de historia sin que la experiencia se desdibuje entre multitudes


Las emociones brotaron en automático con la primera vista panorámica de la Gran Muralla China, este coloso de piedra que serpentea entre montañas y valles. La piel se me erizó y los ojos se me llenaron de lágrimas. Estar frente a la mayor obra de ingeniería militar de todos los tiempos no solo imponía, también significaba cumplir el sueño de conocer una de las siete maravillas del mundo moderno en mi historia como viajera. Un reto que me tomó 15 años.
Construida y reconstruida a lo largo de más de dos milenios, la Gran Muralla China no es solo una hazaña arquitectónica, sino un símbolo de resistencia, orgullo y de la escala humana llevada al límite. Se extiende por más de 21.000 kilómetros, desde el mar Amarillo hasta el desierto de Gobi. Aunque comúnmente se asocia con la dinastía Qin (221-206 antes de Cristo), fue bajo el mandato de los Ming (1368–1644) cuando alcanzó su mayor esplendor. Durante esa época se consolidó como una compleja red de muros, torres de vigilancia y pasos estratégicos, diseñada para proteger al imperio chino de las incursiones de los pueblos nómadas del norte.
Declarada patrimonio mundial por la Unesco en 1987, esta fortaleza milenaria recibe entre 10 y 15 millones de visitantes al año. Sin embargo, conocerla a fondo implica más que solo posar sobre sus piedras: es necesario elegir el tramo adecuado, saber cuándo ir, cómo llegar y cómo caminar sobre siglos de historia sin que la experiencia se desdibuje entre multitudes.

¿Qué trayecto elegir?
La muralla no es una estructura continua, sino un conjunto de secciones construidas en distintas épocas y con diversos niveles de restauración. Las más accesibles y visitadas se encuentran cerca de Pekín.
Estas son algunas de las más recomendadas:
- Mutianyu fue la sección que visité y, según mi guía, “es una de las mejores porque tiene caminos más accesibles que en otros tramos”. Está restaurada, con escalones transitables y pocos desniveles pronunciados. Destaca por sus paisajes montañosos, la posibilidad de subir en teleférico y, sobre todo, por ser la única sección con un tobogán para descender desde la cima de la muralla. Se trata de un recorrido de 1.580 metros en un trineo metálico sobre rieles, donde cada persona controla su velocidad mientras desciende entre curvas y vistas espectaculares. Personalmente, disfruté mucho la experiencia: es una forma divertida y diferente de cerrar la visita.
- Badaling, el segmento más visitado. Está totalmente restaurado y cuenta con una infraestructura turística desarrollada. Es ideal para viajeros primerizos, familias y personas con movilidad reducida, ya que ofrece una experiencia cómoda y de fácil . Sin embargo, suele recibir una gran cantidad de turistas en fines de semana, temporada alta y festivos chinos.
- Jinshanling, su estado semirestaurado, permite apreciar tanto las reparaciones modernas como el desgaste original de la estructura. Algunos tramos son exigentes, por lo que se recomienda tener buena condición física. Es una opción ideal para amantes del senderismo y la fotografía.

- Simatai es una de las pocas secciones que puede recorrerse de noche, lo que permite contemplar esta antigua defensa imperial iluminada en un ambiente silencioso y casi mágico. Con menos afluencia que otras zonas, pero con tramos empinados y exigentes, es ideal para quienes buscan una experiencia fuera de lo común.
- Laolongtou, conocida como la Cabeza del Dragón Viejo, es una de sus secciones más singulares: marca el punto exacto donde el coloso de piedra se encuentra con el mar. Ubicada en la provincia de Hebei, a unas dos horas y media en tren desde Pekín, ofrece una experiencia que combina historia profunda con paisajes costeros. Eso sí, al estar alejada de la capital china, requiere una excursión de día completo y puede no ser la mejor opción para quienes viajan con un tiempo limitado.

Cómo llegar desde Pekín
Aunque esta enorme construcción se extiende por miles de kilómetros, los tramos más visitados están a entre una y tres horas por carretera desde Pekín. Algunas secciones pueden recorrerse en tren o en transporte público, pero otras requieren una planificación más detallada, la contratación de un tour o el apoyo de un chófer privado. Estas son las opciones más prácticas para organizar la visita:
- Tren. Es la forma más eficiente de llegar a la Gran Muralla de Badaling. Lo ideal es tomar el metro hasta la estación de Huangtudian, desde donde parte la línea S2 en dirección a la estación de tren de Badaling. El trayecto dura alrededor de 80 minutos. Desde ahí se hace una caminata corta para llegar a las taquillas de entrada.
- En autobús público. Existen varias opciones que parten desde diferentes puntos de Pekín hacia diversas secciones. Una alternativa confiable es utilizar los servicios de Beijing Hub of Tour Dispatch, una empresa oficial autorizada por el Gobierno chino que opera rutas turísticas hacia tramos como Mutianyu y Badaling. Los autobuses salen desde zonas céntricas como la emblemática calle Qianmen o la estación de metro Guomao. Para asegurarse un asiento, lo más recomendable es reservar con antelación en su web oficial (bjlyjszx.com).
- Con chófer privado o en una excursión. Para secciones más remotas, como Jinshanling, Simatai, Jiankou o Laolongtou, lo más recomendable es contratar un transporte privado o sumarse a un tour organizado de medio día o jornada completa. Esta opción, aunque más costosa, ofrece flexibilidad y la posibilidad de combinar varias secciones en una misma salida.
En mi caso, elegí visitar Mutianyu, uno de los tramos mejor conectados a la muralla. Opté por una excursión privada, ya que mi trabajo requiere de más tiempo para documentar y recorrer con calma. Reservé el tour a través de Civitatis, e incluía transporte privado, guía en español, entradas a la muralla y una parada en una tienda especializada en tés de alta calidad. Otras plataformas, como Trip.com, también ofrecen excursiones guiadas de un día desde Pekín, con una mayor variedad de secciones para elegir.
La mejor época para ir: el calendario también influye
La muralla puede visitarse durante todo el año, pero la experiencia cambia según la estación. Primavera (abril-mayo) y otoño (septiembre-octubre) son las mejores épocas: clima templado, cielos despejados y paisajes verdes u ocres. En verano (junio-agosto) el calor es intenso, las lluvias impredecibles y las multitudes constantes, aunque el entorno luce de un verde vibrante. El invierno (de noviembre a marzo) es cuando hay la posibilidad de ver la muralla nevada, pero requiere ir bien preparado: abrigo térmico, calzado impermeable y suela antideslizante. Algunos tramos, como el tobogán de Mutianyu o los teleféricos, pueden cerrar en caso de mal tiempo.

Mi visita la hice en marzo y, pese a ser el final del invierno, el clima fue muy agradable: templado y con luz de sol tenue. Lo más valioso fue recorrer Mutianyu con muy pocos turistas.
Qué llevar: menos es más, pero lo esencial no se negocia
Visitar esta obra maestra de defensa implica una caminata exigente en entornos naturales, no urbanos, por lo que es fundamental llevar lo justo pero imprescindible.
El calzado debe ser cómodo, antideslizante y con buen agarre, ya que muchas secciones presentan tramos irregulares o empinados. Lo mejor es elegir zapatillas deportivas o botas outdoor. Vi a varios turistas sufrir las consecuencias de un mal calzado: algunos resbalaban en los tramos irregulares.

La ropa ideal es deportiva o de senderismo, preferentemente en capas para adaptarse a los cambios de temperatura, especialmente en invierno. Si se viaja en primavera o verano, conviene incluir una capa ligera para la lluvia, así como protección solar, gorra o sombrero.
No puede faltar una botella de agua, ya que dentro de la muralla no hay puestos de venta ni fuentes disponibles. También es recomendable llevar algo de fruta o snacks para el recorrido. En cuanto al dinero, es recomendable llevar algo de efectivo en yuanes por si el móvil falla o se queda sin batería para pagar con aplicaciones como Alipay o WeChat. Y no hay que olvidar el pasaporte: en China suelen pedirlo al comprar entradas para la mayoría de las atracciones turísticas.
Si la Gran Muralla está en tu lista de sueños viajeros, que no te frene la logística. Vale cada paso.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad , así podrás añadir otro . Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
