Carlos Tirado gana el VI Circuito de Novilladas de Andalucía

El novillero Carlos Tirado se ha alzado como ganador del VI Circuito de Novilladas de Andalucía, un certamen organizado por la Fundación del Toro de Lidia en colaboración con la Junta de Andalucía que ha celebrado su final este domingo en la plaza de la Maestranza, según informa Álvaro Rodríguez del Moral.

El tercer novillo sembró el desconcierto al propinar una fuerte paliza al subalterno Raúl Francisco Martín. Acabaría siendo un animal manso y deslucido, con el que el novillero ayamontino Carlos Tirado se mostró firme y comprometido en una labor culminada de un espadazo atravesado y descabello, premiada con una generosísima oreja apoyada en el impulso de sus paisanos. Con el sexto, un novillo temperamental y repetidor, le faltó reposo en el inicio de su faena, aunque encontraría el acople a partir de una tanda de naturales antes de que el trasteo volviera a perder el hilo. La estocada y el apoyo de sus seguidores sirvió de nuevo para pasear otro trofeo, por más que le pidieran el segundo sin sentido alguno.

Había abierto plaza el novillero alcarreño Cid de María, que se enfrentó en primer lugar a un utrero remendado, muy en Núñez, que acabó humillando y desplazándose en la muleta sin dejar de berrear ni protestar. El novillero lo toreó con compostura y cierto empaque, aunque también un poco falto de reunión en una faena pulcra culminada de dos pinchazos, estocada atravesada y descabello. Con el cuarto, otro novillo manso y berreón que llegó a derribarle a la salida de un quite, volvió a esforzarse sin demasiado brillo mientras el animal, cada vez más rajado, iba marcando su fuerte querencia a chiqueros hasta desistir de la pelea por completo. Eso sí: después de un pinchazo lo mató de una estocada fulminante.

El segundo espada, Martín Morilla, acudía a la cita arrastrando una fractura de pómulo. Tuvo delante un segundo con cierto motor, que le permitió expresarse especialmente por el lado izquierdo -a pesar de que le había avisado por ese lado en el capote- en una labor sincera e intensa, en la que llegaría a engarzar un puñado de naturales de bella factura. Resultó alcanzado al entrar a matar y fue cogido de fea manera, siendo auxiliado por Juan José Padilla, su apoderado, que en el remolino de asistencias también llegó a ser alcanzado sin consecuencias. Lo acabó estoqueando al segundo encuentro. El quinto, a la postre, iba a ser el utrero más completo del envío de Pereda, y Martín Morilla construyó la faena más intensa y extensa de la tarde -brindada al doctor García Perla-, basada en un toreo arrebujado y reunido, de trazo largo y hondo, que aprovechó la embestida humillada del novillo. Fue la labor más valiosa de la final, emborronada con el acero.