Marco Rubio… ¿el adulto del salón?
El secretario de Estado y ahora también consejero de Seguridad Nacional parece ser hasta ahora un gran malabarista que da cierta tranquilidad en la convulsionada arena internacional y se comienza a posicionar como heredero de Trump

El pasado 25 de enero en la columna titulada El malabarista de Estado, cuatro días después de iniciado el gobierno de Donald Trump y a propósito de las dificultades que iba a enfrentar Marco Rubio como Secretario de Estado, decía que “… si no fuera por los malabares que va a tener que hacer para una gestión exitosa que además no afecte sus posibilidades electorales, el nombramiento de Rubio debería dar más tranquilidad: es respetuoso de las instituciones, tiene experiencia en la arena internacional, no tiene escándalos y conoce América Latina. Su ideología política conservadora será compartida por unos y no por otros, pero no es probable que haga ‘locuras’ en su nueva posición”.
Pues bien, Rubio parece ser hasta ahora un gran malabarista que da cierta tranquilidad en la convulsionada arena internacional. Con su cara de niño bueno, ha resultado ser con frecuencia el adulto en el salón. Ya algunos le dicen el fixer de Donald Trump, el solucionador de problemas, en castellano. El mismo Trump lo dijo hace unos días en la Casa Blanca: “cuando tengo un problema, llamo a Marco, él lo resuelve”.
Hoy Rubio está a cargo de la Secretaría de Estado y de la caótica reestructuración-liquidación de USAID, así como de los Archivos Nacionales temporalmente. Pero, además, desde la semana pasada, preside también, inicialmente de manera temporal, el Consejo Nacional de Seguridad (NSC, en sus siglas en inglés) como consejero de Seguridad Nacional, tras la salida de Mike Waltz por, entre otras razones, el escándalo de los chats sobre el ataque de Estados Unidos a los hutíes en Yemen.
El NSC es una dependencia de la Casa Blanca que coordina las entidades que manejan la seguridad de Estados Unidos y asesora al presidente en estas materias. No es un cargo con el rango de secretario, sino de personal del presidente, por lo que si este le da suficiente confianza, y Trump parece estársela dando a Rubio, puede acumular un gran poder. La personalidad tranquila, mesurada y efectiva de Rubio, que hizo que sus excolegas del Senado lo confirmaran con 99 votos de 100 posibles a favor, parece estarle funcionando.
“Cuando tengo un problema, llamo a Marco, él lo resuelve”Donald Trump
A la vez, una de sus mayores preocupaciones, el empresario Elon Musk, está de salida del gobierno —al menos parcialmente— para atender sus negocios. Y es que mientras Musk y su reestructuración del estado han sido frecuentemente un buen pararrayos político para Trump en muchos momentos, también le han generado muchas controversias que no siempre han favorecido al presidente con su base.
Rubio, por contraste, ha sido muy partidista y conservador como siempre, pero en general ha mantenido su civilidad en el debate político con quienes están en desacuerdo con él y a la vez ha demostrado tener carácter. Los insultos y descalificaciones personales a diestra y siniestra, tan en boga en este momento, no son su estilo. Li’l Marco o Pequeño Marco, como lo llamaba Trump en su primera campaña presidencial, fue el primero que se atrevió a enfrentarse al hombre más rico del mundo abiertamente, en una reunión de gabinete en la Casa Blanca, mientras el resto de los asistentes observaba. Según los reportes de ese episodio del pasado 7 de marzo, al final Trump se alineó con Rubio, aunque también les recordó a los secretarios que quienes istran y responden por sus secretarías son ellos y no Musk.
Los retos de la política internacional de Estados Unidos están muy ligados a la seguridad, la cooperación y el comercio, que definen la agenda y el liderazgo globales de este país. Aunque hay otros jugadores en el gobierno, Marco Rubio tiene hoy una presencia muy amplia y una gran cantidad de retos enfrente, por lo que es uno de los hombres más poderosos, pero también uno de los más expuestos de Washington. ¿Podrá mantener la calma, tener tranquilo al presidente y seguir jugando con coequiperos mucho más radicales e intemperantes que él como Pete Hegseth, Kristy Noem, Pam Bondi, Peter Navarro o el propio Elon Musk? Aún quedan más de tres años y ocho meses de gobierno en los que estará bajo los reflectores.
Lo cierto es que ya algunos líderes republicanos en el Congreso creen que Rubio debería manejar la Secretaría de Estado y el NSC permanentemente. Ya existe un precedente para tal acumulación de poder: Henry Kissinger tuvo los dos cargos al mismo tiempo entre 1973 y 1975.
Sin embargo, a diferencia de Kissinger en su momento, nacido en Alemania y por ende inhabilitado para ser presidente, Rubio es de Miami y —si las cosas le salen bien— quedará posicionado en el partidor electoral de los republicanos para 2027. No sorprendería que con las turbulencias que ha generado la istración Trump, los republicanos se inclinen por un conservador menos volátil en las próximas elecciones.
En una entrevista este domingo 4 de mayo en Meet the Press, uno de los programas de opinión más influyentes de Estados Unidos, Trump respondió a la pregunta sobre quién encabeza la lista para ser su sucesor: “Es muy temprano para decirlo… J.D. Vance es fantástico y brillante… Marco también es excelente…”. “Si esa persona (el vicepresidente) es extraordinario, tendría una ventaja”, pero “otros están en posiciones increíblemente altas”.
Esto ya debe estar preocupando a J.D. Vance, el heredero natural —en principio— de Trump. El actual vicepresidente espera asegurar la candidatura de su partido en unos 3 años, pero si las cosas le salen bien a Rubio podría no lograrlo. De lo cual también hay varios antecedentes.
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