"Estamos desterrados, esa es la realidad"
Los primeros presos cubanos llegados a España evocan las condiciones infrahumanas de las cárceles castristas
"¿Pero es que no les han podido llevar más lejos?", refunfuña Blanca Reyes, representante de las Damas de Blanco en Europa, al entrar en el hostal donde se alojan los primeros siete presos excarcelados por el Gobierno cubano. El paraje, en efecto, resulta desolador: un polígono industrial de los confines del barrio madrileño de Vallecas, junto a un erial reseco.
Pero los disidentes no reparan en ello: hace 72 horas estaban en una cárcel castrista. Una de esas cárceles vedadas a los observadores internacionales, en las que han acumulado un historial de horrores desde que fueron detenidos en la Primavera Negra de 2003. "Son estructuras inhumanas, y te lo digo como periodista, no como preso", afirma Ricardo González, de 60 años, corresponsal de Reporteros Sin Fronteras en la isla. "Hacinamiento, goteras de desagües, celdas donde los internos defecan en un hueco, en el mismo lugar donde duermen...".