Unas 13.000 personas se han quedado a la intemperie tras el incendio que arrasó la semana pasada el campo de refugiados más grande de Europa. Mientras el Gobierno heleno les reubica en otro campamento temporal y sin que la UE acuerde una solución para ayudarles a salir de la isla griega, cientos de familias y niños no tienen más escapatoria que dormir al raso
Un niño juega a la pelota al lado de unas tiendas de campaña instaladas cerca del aparcamiento de un supermercado Lidl en Mitilene, capital de Lesbos.Álvaro GarcíaUn grupo de refugiados, en un aparcamiento en Mitilene. Desde la crisis migratoria de 2015, han llegado a las costas de Lesbos cientos de barcas neumáticas con personas procedentes de Afganistán, Siria, Congo e Irak.Álvaro García