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COLO COLO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¡No se peleen!

Los máximos accionistas de Colo Colo, el club más popular en Chile, provocaron una riña inédita en la última sesión de directorio. Hay versiones contrapuestas que deberá dirimir la justicia y un trabajo urgente para el marketing de la Liga, que llamaba a las barras a cesar la violencia

Aníbal Mosa

¡No se peleen!

La frase está en las calles, en el Metro y aparece profusamente en la televisión y los programas deportivos. Es el eslogan de la entidad bancaria que auspicia la liga de primera división del fútbol chileno, en un afán real por aplacar la violencia de las barras bravas que dificultan el normal desarrollo del torneo.

Hoy no tiene ningún sentido, luego que los accionistas mayoritarios de Colo Colo protagonizaran la peor pelea que recuerde el fútbol chileno en una reunión de directorio de las sociedades anónimas deportivas que hoy rigen la industria.

Aníbal Mosa, comerciante de origen sirio que controla el club, presidía la reunión con diez personas en la sala. En el último punto de la tabla, informó sobre la contratación de un nuevo gerente, lo que desató la furia de sus opositores, todos representantes de Leonidas Vial, un renombrado agente financiero que tiene cuatro puestos en la mesa directiva. Uno de ellos, el abogado Carlos Cortés, fue quien confrontó a Mosa.

La discusión subió de tono, hubo amenazas de golpes e invitaciones a dirimir la confrontación fuera de la sala de reuniones. Cuando ambos se encaraban ante la mirada atónita del resto de los presentes, las versiones difieren.

Mosa acusa que fue golpeado, acusa lesiones, abandonó el recinto en silla de ruedas y cuello ortopédico y asistió a una clínica para comprobar lesiones antes de estampar la denuncia e iniciar acciones penales contra su agresor.

Aníbal Mosa abandona una clínica tras ser agredido durante una reunión del directorio de Colo Colo, en un video difundido en redes sociales.

El grupo opositor, encabezado por el expresidente Alfredo Stöhwing, señala que Mosa se enredó con los cables de un equipo de proyección cuando arrancaba. Y solicitan que se liberen los audios y los videos de la reunión, convocada principalmente para dar a conocer los actos con los que el club celebrará los cien años de vida.

Cabrá recordar que hace un siglo Colo Colo nace de otra pelea, entre los jugadores y dirigentes de Magallanes contra un grupo de profesores que quería cambios urgentes en la institución, sobre todo en lo que decía relación con el profesionalismo marrón que imperaba en la época. Pese a la agitada reunión que se llevaba a cabo en el restaurante Quitapenas, los disidentes tomaron sus cosas y se marcharon, para formar u propio club, que llevaría el nombre de un aguerrido cacique mapuche. No lanzaron ni un solo golpe.

Hoy, convertido en sociedad anónima y teniendo como propietarios a hombres de dinero que varias veces no han sido ni hinchas del club -como el expresidente Sebastián Piñera-, las rencillas se han repetido incansablemente, con duras descalificaciones públicas. Hace un par de temporadas las distintas visiones para conducir los destinos del club casi lo hacen perder la categoría.

Radicada en la justicia, la riña llegará a los tribunales, donde los elementos probatorios serán claves para definir si Mosa fue agredido o tropezó mientras arrancaba. Lo concreto es que en los festejos del centenario, con una cena para mil personas en la cancha del estadio Monumental, habrá que aumentar la seguridad privada. Para que no se peleen.

Y habrá que pensar, aceleradamente, en un nuevo mensaje para las barras bravas. Más acorde a la realidad institucional.

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