window.arcIdentityApiOrigin = "https://publicapi.elpais.diariodomt.com";window.arcSalesApiOrigin = "https://publicapi.elpais.diariodomt.com";window.arcUrl = "/subscriptions";if (false || window.location.pathname.indexOf('/pf/') === 0) { window.arcUrl = "/pf" + window.arcUrl + "?_website=el-pais"; }El retorno: un nuevo rostro de la migración en América Latina | branded | EL PAÍS Américap{margin:0 var(--grid-10-2-column-content) 2rem var(--grid-10-2-column-content)}}@media (min-width: 1310px){.x-f .x_w,.tpl-noads .x .x_w{padding-left:3.4375rem;padding-right:3.4375rem}}@media (min-width: 1439px){.a .a_e-o .a_e_m .a_e_m .a_m_w{margin:0 auto}.tpl-noads .a_e_m .a_m_w,.tpl-noads .a_e_m .a_m_c{margin:0 -7.5rem}.a .a_e-r .a_e_m .a_e_m .a_m_w{margin:0 auto}}@media (min-width: 1439px)and (min-width: 1439px){.tpl-noads .a_e_m .ph-v_b{padding-left:7.5rem;padding-right:7.5rem}}@media (max-width: 575.98px){._g-xs-none{display:block}.cg_f time .x_e_s:last-child{display:none}}@media (max-width: 767.98px){.btn-xs{padding:.125rem .5rem .0625rem}.x .btn-u{border-radius:100%;width:2rem;height:2rem}.x-nf.x-p .ep_l{grid-column:2/4}.x-nf.x-p .x_u{grid-column:4/5}.tpl-h-el-pais .btn-xpr{display:inline-flex}.tpl-h-el-pais .btn-xpr+a{display:none}.tpl-h-el-pais .x-nf.x-p .x_ep{display:flex}.tpl-h-el-pais .x-nf.x-p .x_u .btn-2{display:inline-flex}.tpl-ad-bd{margin-left:.625rem;margin-right:.625rem}.tpl-ad-bd .ad-nstd-bd{height:3.125rem;background:#fff}.tpl-ad-bd ._g-o{padding-left:.625rem;padding-right:.625rem}.a_k_tp_b{position:relative}.a_k_tp_b:hover:before{background-color:#fff;content:"\a0";display:block;height:1.0625rem;position:absolute;top:1.375rem;transform:rotate(128deg) skew(-15deg);width:.9375rem;box-shadow:-2px 2px 2px #00000017;border-radius:.125rem;z-index:10}} Ir al contenido
CONTENIDO PATROCINADO
Contenido patrocinado por una marca

El retorno: un nuevo rostro de la migración en América Latina

Las políticas migratorias de la región siguen movilizando a las personas, algunas de regreso al país de procedencia. La Unión Europea, de la mano de HIAS y Médecins du Monde, focalizan el recortado apoyo humanitario a los que continúan sin encontrar su lugar en el mundo

Migrantes en la ruta de la selva del Darién.
Eduardo Luis Hernández

Desde hace años, la franja de selva espesa del Darién ha sido sinónimo de paso. Una ruta de tránsito extremo con destino al norte. En 2025, sin embargo, esa lógica ha empezado a quebrarse. Por primera vez, muchos migrantes están regresando del norte, devueltos por las políticas migratorias y las dificultades de un camino abierto a machetes y sueños.

Según datos del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de Panamá, el flujo migratorio por el Tapón del Darién cayó en un 98% en marzo de 2025. Pero esa caída no implica una mejora. Muchos migrantes, en especial venezolanos, están devolviéndose desde Panamá, Costa Rica o México, empujados por el endurecimiento de las políticas migratorias, la falta de oportunidades y la desmoralización.

La respuesta humanitaria en la región cuenta con el apoyo de la Unión Europea (UE), a través de la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria Europeas (ECHO, por sus siglas en inglés). Gracias a este financiamiento, HIAS y Médecins du Monde han podido sostener sus actividades en territorios clave como Capurganá, Necoclí, Medellín, Cali y la frontera con Venezuela.

Desde Bruselas, la UE ha reiterado su compromiso con esta crisis. “En los últimos años, el aumento de la migración ha profundizado las crisis en varios países latinoamericanos. En 2024, miles de personas abandonaron sus hogares en busca de seguridad, muchas de ellas necesitando ayuda urgente. Junto con sus socios, la Ayuda de la UE respondió a sus necesidades, manteniendo los riesgos que enfrentan las personas en movimiento como una prioridad humanitaria fundamental”, afirmó Nicolas Govaerts, jefe de ayuda humanitaria para Centroamérica.

La organización HIAS trabaja con el apoyo de la UE en la región centroamericana. “Es una realidad que la población está retornando”, afirma Camilo Ramírez, director de HIAS en Colombia. “Y también es una realidad que hay unos niveles altísimos de frustración, desmoralización y ansiedad en quienes vuelven”. Por su lado, la organización Médecins du Monde ha destacado que muchos de los migrantes declaran haber vivido tortura, violencia sexual y persecución en México, “con una afectación profunda en su salud física y emocional”, describe la organización.

No se trata de flujos masivos, sino de grupos de entre 70 y 100 personas diarias. Muchos llegan sin recursos, habiendo vendido todo en el camino de ida. “El retorno es un viaje de pérdida. Lo poco que habían conseguido, lo están utilizando para volver”, cuenta Camilo Ramírez, que además explica que en Capurganá, un pequeño destino turístico al noroeste de Colombia, algunos comerciantes presionan para que los migrantes sigan su trayecto lo antes posible. Desde allí parten hacia Turbo o Necoclí, donde organizaciones como HIAS y Médecins du Monde brindan asistencia en salud y protección, así como apoyo para su alimentación y transporte.

Migrantes venezolanos.

Nuevos perfiles, nuevas necesidades

La mayoría de las personas que han retornado provienen de México, bajo incertidumbre ante la falta de procesamiento de citas de la aplicación CBP One para entrar legalmente a Estados Unidos. Muy pocos lograron cruzar la frontera. Ramírez destaca que “hoy el retorno lo protagonizan sobre todo familias y parejas. Ya no se ven tantos hombres solos como en la ida. Vemos papás, mamás, abuelas, niños. Y muchas parejas que se reencontraron tras no haber logrado llegar”.

En ciudades como Medellín, punto de paso obligatorio para cualquier trayecto hacia el sur, HIAS ha registrado tres tipos de migrantes en retorno: quienes quieren volver temporalmente a Venezuela, quienes buscan quedarse en Colombia, y quienes continúan hacia otros países sudamericanos como Ecuador, Perú, Chile o Brasil.

En todos los casos, los retos son enormes. “Las necesidades en salud, salud mental, alimentación y transporte son impresionantes”, advierte el director de HIAS en la región. Es acá primordial el apoyo de Médecins du Monde. “En esta intervención, Médecins du Monde está trabajando para garantizar el derecho a la salud de las personas en movilidad humana a través de Tapón del Darién en Colombia y Panamá”, dijo Irene Manterola, coordinadora general de Médecins du Monde en Colombia. “Proporcionamos atención sanitaria directa, incluyendo salud sexual y reproductiva y SMAPS; abogamos por los derechos y sensibilizamos contra la xenofobia y la discriminación. En particular, trabajamos con mujeres, niños y LGBTIQ+ personas en esta zona de alto riesgo. Como organización sanitaria, nuestra misión es salvar vidas y atender las necesidades de los más vulnerables”.

Igualmente, “las personas que transitan se encuentran profundamente afectadas emocionalmente, con rasgos de trastorno de ansiedad y depresión generalizada por la frustración que implica retornar y las condiciones del tránsito migratorio” afirma Jesús Chacón Enfermero de Médecins du Monde y “llegan con quemaduras solares de primer grado y lumbalgia y mialgias asociadas a trayectos prolongados en lancha, por la exposición solar y vibraciones, postura mantenida y esfuerzo físico” agrega Sandra Castaño Supervisora Médica de Médecins du Monde.

Asistencia de HIAS en un punto migratorio.

Pero estas organizaciones no la han tenido fácil en los últimos meses. “Nuestros programas se han reducido drásticamente por los recortes a la asistencia humanitaria. Cerramos oficinas, recortamos personal. Hemos perdido un 65% de nuestro equipo. Seguimos operando gracias a fondos de la Unión Europea, de algunos gobiernos europeos y de Naciones Unidas, pero hacemos malabares”, explica Ramírez.

Además, la falta de infraestructura humanitaria en el Darién agrava los riesgos. “Los espacios de atención del gobierno panameño, como Lajas Blancas y San Vicente, fueron desmantelados. No hay apoyo humanitario en la selva. Y cruzarla, en cualquier dirección, sin asistencia es un riesgo enorme”, alerta Ramírez. “La selva está hablando otro idioma”, resume. “Ya no es solo un lugar de paso, sino también de retorno. Y eso cambia completamente la dinámica de atención y protección”. En 2024, los programas del consorcio brindaron más de 2.300 atenciones en salud mental, ofrecieron servicios de salud sexual y reproductiva en más de 60 jornadas comunitarias, y atendieron más de 200 casos de violencia basada en género.

Una crisis regional que sigue

En paralelo al trabajo en terreno, HIAS y Médicos del Mundo han producido la exposición fotográfica “Viajes Invisibles” de la fotógrafa sa Nadège Mazars, que será presentada en el Foro Humanitario Europeo en Bruselas el próximo 19 y 20 de mayo. La exposición destaca la situación migratoria enfocada en la protección y salud de las mujeres, niños y migrantes extracontinentales que llegan desde otros países de América, África, Asia u Oriente Medio. Mazars, que ha colaborado con medios como The Washington Post, Le Monde, The Guardian o The New York Times, viajó durante dos semanas junto con el equipo humanitario de terreno, para conocer de primera mano las necesidades de las personas desplazadas y refugiadas.

“Desde hace 10 años estoy cubriendo los movimientos migratorios en América Latina, y creo que la fuerza de esta exposición es que resalta el papel importante de la ayuda humanitaria en un momento en el que las migraciones continúan. La migración es una característica humana y hoy en día empatizar y ayudar a las personas migrantes, debe ser parte imprescindible de nuestra humanidad”, agregó Mazars.

“No podemos dejarlos botados”

El director de HIAS en Colombia, Camilo Ramírez, cierra con una petición a la sociedad y a los gobiernos: “Las necesidades siguen latentes. Hay personas que aún están en tránsito y otras que necesitan apoyo para rehacer sus vidas donde han decidido quedarse. No podemos dejarlos botados”.

El retorno no es el final de la historia, sino una parte más del recorrido. Una que todavía no se está contando lo suficiente.

Zapatos de migrantes en la ruta del Darién.

Sobre la firma

Eduardo Luis Hernández
Es branded content analyst para EL PAÍS México. Es productor y conductor en Radio UNAM. Antes trabajó en Grupo Milenio y Unión Radio Venezuela. Es licenciado en Periodismo Audiovisual por la Universidad Santa María en Caracas y actualmente vive en Ciudad de México.

Más información

Archivado En